Con la ventaja, Central Córdoba mutó su dibujo táctico. Con el fin de resguardarse, pasó de jugar 4-2-3-1 a 5-4-1. El partido entró en una meseta que se fue al entretiempo con el equipo santiagueño como justo vencedor y con el Sabalero con muchísimas cosas para modificar.

Gorosito movió el banco y su equipo saltó a la cancha con otra predisposición. Con una actitud más ofensiva e intentando hacerse fuerte en la mitad de la cancha. Los riesgos siguieron siendo los mismos: un contragolpe donde Besozzi, Farioli y Gamba puedan explotar toda su velocidad.

Pero la jugada le salió bien a Pipo. Ramón Ábila, el goleador del Sabalero en el campeonato agarró una pelota desde afuera del área y la puso en un lugar inalcanzable para Ledesma.