La AAP es una Asociación civil sin fines de lucro, que fuera constituida el 14 de septiembre de 1922, en la ciudad de Buenos Aires, Capital de la República Argentina, cuya constitución es por tiempo indeterminado. La Asociación Argentina de Polo tiene los siguientes fines:
- Fomentar el juego del polo en la República Argentina, manteniendo el verdadero espíritu del juego, según las antiguas y honorosas tradiciones.
- Propender que todos los clubes de polo del país se afilien a la Asociación, fomentar la creación de nuevos clubes en todo el territorio de la Nación y prestar a unos y otros su colaboración y apoyo moral, técnico y material.
- Adoptar un reglamento de juego, interpretarlo y vigilar su cumplimiento.
- Actuar en arbitraje de controversias relacionadas con el juego del polo en el país, resolviendo definitivamente toda cuestión que pueda solicitarse.
- Organizar, patrocinar y dirigir todos los torneos de polo que se realicen en el país, ya sean ellos internacionales o interprovinciales, y los interclubes cuando le fuera solicitado.
- Llevar el Registro Nacional de Hándicaps individual de todos los jugadores inscriptos, organizándolo en la forma que mejor le asegure su constante actualización.
- Fomentar e impulsar la crianza del petiso de polo, organizar periódicamente exposiciones de los mismos, y auspiciar las que realicen otras entidades.
- Gestionar el apoyo de los poderes públicos y de las instituciones privadas, para poder cumplir los fines de fomento que persigue, a cuyo efecto arbitrará lo necesario para crearse un fondo propio.
El 14 de septiembre de 1922, tras una fusión de la River Plate Polo Association (fundada en 1892) y la Federación Nacional de Polo (1921), se creó la Asociación Argentina de Polo, el mismo día que se realizaba la apertura del Campeonato Argentino Abierto de ese año en el Hurlingham Club, entidad que fue sede de la asamblea constitutiva.
Había grandes y visionarios dirigentes en ambas entidades y costó poco unirlos. Esos dirigentes, en 1927, junto a los de la Comisión del Caballo de Guerra, dispusieron la construcción de las dos famosas canchas 1 y 2 de Palermo inauguradas en 1928, en la avenida del Libertador General San Martín en su cruce con Dorrego, a sólo 10 minutos del centro comercial de Buenos Aires, que se convirtieron en escenarios de increíbles conquistas a nivel mundial y récords históricos locales e internacionales, ganándose la denominación mundial de la Catedral Mundial del Polo, certificada por todos los adelantos técnicos y de embellecimiento , que siguen efectuando febrilmente los hombres que guía su actual presidente Eduardo Novillo Astrada (h).
Tras ganar en 1922, en su primera salida al exterior, los Abiertos de Inglaterra y Estados Unidos, Argentina entró en el mapa mundial de este difícil y atrapante deporte y poco después, por imperio de la calidad excepcional de nuestros jugadores y caballos, fue certificada por las conquistas de las medallas de oro en los Juegos Olímpicos de París en 1924 y en los de Berlín en 1936.En el mismo año 1936 también nacería una rotunda superioridad sobre los EE.UU, al ganar en sólo dos partidos (no en tres como en los triunfos norteamericanos en 1928 y 1932) en la tercera versión de la Copa de las Américas cuya posesión, desde entonces, le corresponde a la Argentina sin solución de continuidad, siempre en dos partidos, al vencer de la cuarta a la séptima, en 1950, 1966, 1969 y 1979 en Buenos Aires y la octava y última en 1980 en San Antonio, Texas.
La “gran familia del polo” se ve nutrida anualmente con singulares torneos como los son el Campeonato Nacional Intercircuitos con Hándicap por la Copa “Republica Argentina”, el Abierto Argentino Juvenil, los increíbles torneos Nacionales de Menores, así como los de Potrillos y Potrillitos y los intercolegiales por las Copas Santa Paula y New Zealand, que luego llevan a sus protagonistas al máximo torneo mundial interclubes, el Abierto Argentino de Polo, que además pone anualmente el broche de oro a la disputa de la honorífica y única Triple Corona del polo argentino, que integran también los abiertos del Tortugas Country Club y el del Hurlingham Club, como así también al torneo femenino más importante del planeta, nacido en 2017: el Abierto Argentino de Polo Femenino.
Conducida por hombres y mujeres del polo, que antes que dirigentes han sido polistas, la Asociación procuró – y siempre lo logró – pasar por sobre el oleaje que produjeron diferencias de posiciones, lógicas en el devenir humano. Por ello, el ansia de superación no se detiene. Así lo demuestran todas las ampliaciones y mejoras realizadas en esa esplendida “Catedral”. Todo ello sin olvidar el mayor patrimonio de la AAP, su magnífico complejo de canchas ubicadas en su predio Alfredo Lalor en Pilar, dotado como todo su entorno de los mayores adelantos técnicos.
Dura es la misión de controlar algo al que se llegó a niveles superlativos, puesto que no sólo hay que mantener ese nivel sino que, en la medida de lo posible, se debe mejorar. Esa es la tarea que hoy afronta la entidad madre del polo en nuestro país: conservar intacta la superioridad argentina y, si cabe, acrecentarla.
El Campo Argentino de Polo, en Palermo, que presenta orgullosamente a sus dos famosas canchas, tiene una ubicación inmejorable, a escasos diez minutos del centro comercial de la ciudad, sobre la Avenida del Libertador, en su cruce con Dorrego, con múltiples medios de transportes en sus proximidades.
A ello se suman ambientes amplios y diversas comodidades para quienes las utilizan o visitan, gozando de una esplendorosa vista hacia magníficos jardines; por lo que han sido elogiadas por muchos y nunca han merecido el menor calificativo desfavorable. Por el contrario se lo conoce universalmente como La Catedral del Polo por haber sido escenario de increíbles conquistas mundiales y récords históricos señalados por excepcionales jugadores y equipos argentinos en este difícil juego. Por lo tanto para el mejor polo, las mejores canchas e inigualables caballos.
El predio de la Asociación Argentina de Polo en Pilar, es un escenario de insuperables características.
Alfredo «Alfie» Lalor fue uno los más queridos integrantes de las grandes familias del polo y el turf, pues durante una calificada trayectoria humano-deportiva, dio permanentes muestras del cariño entrañable y capacidad dirigencial en dos deportes que fueron su entrañable pasión, a los que se volcó inicialmente como jugador en el polo, más tarde como titular de la AAP y años después, al frente del Jockey Club.
El consejo directivo, aprueba la iniciativa del presidente para la creación de una SC Medica para que a través de la misma se analicen específicamente los temas relacionados con la salud, prevención y la accidentologia en nuestro deporte. La misma quedaría integrada según el siguiente detalle: