/Nicolás De La Cruz, la debilidad de Gallardo que se amparó en la neurociencia para ser figura: «Me superaba la presión»

Nicolás De La Cruz, la debilidad de Gallardo que se amparó en la neurociencia para ser figura: «Me superaba la presión»

Te quiero en River». La voz de Marcelo Gallardo sorprendió a Nicolás De La Cruz. Corría agosto de 2017 y en el horizonte aparecían nombres de peso como Milan, Valencia y PSV, pero el llamado del Muñeco, que insistió hasta el cansancio para sumarlo, lo empujó a cruzar el charco. Con 20 años y el peso en la espalda de ser el hermano de Carlos Sánchez, aterrizó Nicolás De La Cruz en Núñez. Pero nada fue como lo imaginó. El cambio se volvió demasiado movilizante y sufrió el impacto más de lo que esperaba: las dos primeras temporadas le costaron horrores entre lesiones, pocos minutos y bajos rendimientos. Hasta que un gol en Brasil en abril de 2019, el amparo de su familia, el apoyo continuo del DT y los trabajos de neurociencia le hicieron un clic en la cabeza para transformarse en lo que es hoy: una de las cartas más desequilibrantes de River y una gran promesa de la selección uruguaya para las Eliminatorias Qatar 2022.

«Tras el Mundial Sub-20 recibí el llamado de Marcelo que me dijo que me quería acá para formar parte del plantel. El deseo del entrenador hizo que me incline. Yo tenía otras opciones, pero sabíamos que era un buen salto antes de pasar por Europa, con un DT que me iba a potenciar mucho más. Pero me costó muchísimo», comienza De La Cruz en una extensa charla con LA NACION. «No fue nada sencillo. Tuve varias lesiones y el ritmo del fútbol argentino es muy diferente al que yo tenía en Uruguay. Me costó acoplarme a un equipo con una intensidad muy alta en todos los partidos como es River. Fue un déficit que tuve que mejorar con el tiempo. Pero hoy me siento muy cómodo y tengo más libertad para jugar».

River pagó 3 millones de dólares por el 30% de su pase a Liverpool de Uruguay y el volante uruguayo fue muy resistido por el Monumental hasta ganarse su lugar. «El murmullo se puede cambiar por aplauso. ¿Cuánto tiempo estuvo el murmullo por el Pity Martínez?», dijo Gallardo en febrero de 2019. El sábado pasado, tras marcar su 13° gol con la camiseta de River en 91 partidos, el DT sentenció sobre uno de sus grandes protegidos: «Hace de todo y lo hace bien. Es muy valioso. Tiene dinámica, buena pegada, gol, tiene desequilibrio individual y aporta en la recuperación. Lo único que le falta es mantenerlo regularmente. Siendo joven, lo puede conseguir. Y cuando lo consiga ya no va estar más acá».

De La Cruz fue definido por Gallardo como un jugador que "hace de todo y lo hace bien"
De La Cruz fue definido por Gallardo como un jugador que «hace de todo y lo hace bien» Crédito: Diego Haliasz / Prensa River

Su cambio fue radical. Durante 2017 y 2018 jugó 32 encuentros, con 1721 minutos, un gol y ocho asistencias; mientras que entre 2019 y 2020 ya lleva 59 partidos, con 4314 minutos, 12 goles y 11 asistencias. Tras cinco títulos en el Millonario, y a pura potencia física, talento y desequilibrio, el papá de Catalina y Agostina (con su pareja Vanesa Britos) cumplió el gran sueño de debutar en la selección mayor de Uruguay: fue titular frente a Chile (2-1), ingresó ante Ecuador (2-4) y ahora está nuevamente convocado para la doble fecha de Eliminatorias frente a Colombia y Brasil.

-Te convocaron en marzo a la selección y la pandemia te frenó el debut hasta octubre. ¿qué sentiste en ese momento?

-Cuando surgió la primera lista de reservados en marzo, llegó la pandemia y yo decía: «No puede ser, qué desgracia». Pero seguí trabajando, sabía que estaba en el radar y cuando llegó la convocatoria oficial estaba muy nervioso y ansioso. Pero hay un grupo hermoso formado en estos últimos años y un cuerpo técnico que es la base de todo. Me hicieron sentir muy cómodo y cumplí un sueño, pero no me quedo con eso. Quiero seguir yendo y para eso tengo que trabajar bien el club, estar bien en la cabeza, mejorar en muchos aspectos y seguir en este camino.

Nicolás De La Cruz, la debilidad de Gallardo
Nicolás De La Cruz, la debilidad de Gallardo Crédito: Prensa River Plate/Diego Haliasz

-Ya pasaron tres años de tu llegada a River. ¿Por qué creés que te costó tanto la adaptación?

-Tuve que superar muchos obstáculos que eran propios de un jugador joven que llega a un fútbol diferente y también tuve que mejorar en lo extrafutbolístico. La gente siempre espera un buen rendimiento de un jugador que llega del exterior y yo encima venía con la presión de ser «el hermano de», que hace que te miren de otra manera. Era normal en su momento el malestar de los hinchas, lo entendía. Y hoy por hoy puedo decir que me gané mi nombre a base de esfuerzo, pero no fue nada fácil.

-¿Cuáles fueron esas cuestiones extrafutbolísticas?

-Me superaba la presión. Sentía una mochila muy importante en la espalda cada vez que entraba. Y el clic se empezó a dar a medida que fui entendiendo lo que es el mundo River y el lugar en el que estaba. No podía quedarme solo con llegar, sino que quería mantenerme durante mucho tiempo en un club tan grande. Y tuve un partido clave en Brasil contra Inter que hice un gol de tiro libre. Ese día sentí un alivio y sabía que era el momento.

-¿Cómo fuiste potenciando tu cabeza y tu juego para dejar todo eso atrás?

-Siempre sentí la confianza del entrenador y mis compañeros. También fue fundamental Sandra Rossi (especialista en medicina del deporte y neurociencias) y los profes y los kinesiólogos por las lesiones que sufría. Y tuvo un papel muy importante mi familia, que siempre estuvo detrás de mí y jamás me dejó caer. Yo sabía que tenía que revertir la situación por ellos.