En el cierra de la fecha 13 del campeonato, un gol de Cóccaro le alcanzó al equipo de Kudelka para imponerse en el Coloso Bielsa.
ROSARIO.- Revivió Huracán, con una victoria justa. Respira Frank Kudelka, que se lleva a Parque Patricios un triunfo que acallará las críticas al menos por unos días. Se aprovechó de un Newell’s derrumbado, con un entrenador que ya muestra señales de agotamiento. Los rosarinos venían de lograr una buena victoria de visitante ante Lanús, pero está claro que fue un espejismo.
Deberá explicar Fernando Gamboa cómo con un plantel pobre, con desempeños individuales bajos, deja en el banco a Maximiliano Rodríguez, y no ingresa ni en el último tramo. Parece un despropósito ante tamaña carrera. Eligió a dos juveniles para que entren en los últimos minutos.
Así suma su tercera derrota consecutiva como local. Un panorama sombrío. Kudelka, que se fue después de una pésima gestión en la Lepra, logra una venganza deportiva. Su equipo llegó dos veces de pelota parada y lo ganó.
Lo mejor del partido
El primer tiempo tuvo dos partes bien definidas. El gol de Huracán, a los 24, fue la frontera que cambió el semblante de uno y otro. Hasta allí, el local transitó el camino del protagonismo. Sin desplegar un fútbol de elogios, se impuso en cada instancia con presión, buen control y llegadas. Dos clarísimas, y un par de aproximaciones que preocuparon a Marcos Díaz. De arranque nomás, una incursión de Comba por la derecha llevó la primera señal de peligro. Nicolás Castro intentó dejarla pasar para Ignacio Scocco, pero llegó justo el despeje de Lucas Merolla.
Siguió Newells atacando. Otra vez Castro, tras una buena combinación en tres cuartos, se acomodó para la zurda y su remate se estrelló en el palo. ¿Hubo más? Sí: un centro de Compagnucci y un cabezazo de Comba a la “ratonera”; hasta allí se estiró Marcos Díaz con la punta de los guantes para sacarla.
Las diferencias estaban marcadas, pero cruzaron una frontera área. La del córner de Franco Cristaldo y el cabezazo en el área del uruguayo Matías Coccaro, solo en el punto del penal, ante la pasividad de Bittolo y Sforza, que deambuló durante todo el partido y que debió ser expulsado, pero Fernando Echenique le perdonó la segunda amarilla.
Así, los de Kudelka presentaron el pasaporte de la efectividad y se hicieron dueños del partido. Manejaron los tiempos, enredaron a sus rivales y los hicieron equivocar una vez tras otra. Ahora Huracán era el concentrado, el que entendía como moverse en cada sector de la cancha. Pudo ampliar la ventaja por la misma vía, pero Aguerre se lo negó a Fabián Henriquez. Así de escaso fue el ataque visitante. Probablemente el plan pergeñado. Esperar y dejar que el barullo del local haga el resto.
El segundo tiempo fue decididamente malo, de un lado y del otro. Huracán sólo buscó defenderse, hacer tiempo, y ralentizar todo. Fue su plan y le dio resultado. Newell’s mostró su peor cara. Poco para rescatar y enorme responsabilidad de un mal planteo de un técnico que se muestra desorientado. El rojinegro va de mal en peor. La gestión que encabeza el presidente recientemente elegido Ignacio Astore, tiene ante sí una tarea difícil en cada rincón del Parque Independencia.