El rugby francés completó una primera parte del año soñada. Al título de campeón invicto del Seis Naciones logrado por su selección, acaban de agregarse las consagraciones de dos de sus equipos del Top 14 en las competencias más importantes de Europa: La Rochelle en la Champions Cup, y Lyon en la Challenge Cup. Éstos son claros síntomas del resurgimiento que viene experimentando el país que dentro de quince meses será el anfitrión de la décima Copa del Mundo. El regreso al ADN de su juego, combinado con una excelente defensa, más la dureza de un torneo que quizás hoy sea el más exigente entre todas las potencias, figuran entre las causas que ponen a Francia en lo más alto.
“A medida que todo se vuelve más científico, profesional y analizado a muerte… el juego vuelve a sus valores fundamentales. SIN SCRUM NO HAY VICTORIA”. La frase –escrita en Twitter– pertenece a Ronan O’Gara, el irlandés que condujo a La Rochelle al primer cetro de su historia. El ex apertura, campeón del Seis Naciones en su momento como jugador, viene transitando un valioso trayecto como entrenador, con una primera experiencia en Racing 92, de París, y luego, antes de llegar a La Rochelle, nada menos que integrando el staff de Crusaders, de Nueva Zelanda. En 2021 perdió las finales del Top 14 y la Champions Cup. El fin de semana se coronó campeón europeo al vencer a Leinster y está en carrera por el trofeo local.
En la primera línea del scrum que fue uno de los grandes baluartes de La Rochelle están dos argentinos: Facundo Bosch y Joël Sclavi. El primero contó en una entrevista con el podcast Periodismo-Rugby otro de los aspectos esenciales en el juego del nuevo campeón europeo: la defensa llamada “Ball Focus”. “Esa defensa es mejor que cualquier otra, y hace mucho más fácil todo. Son dos cuestiones: tener el foco en la pelota e ir para adelante. 80% la pelota, 20% adelante. Y cuando la pelota sale del ruck, 100% la mirada sobre ella. Eso va acompañado por los espacios, con 5 metros entre los jugadores, y siempre subiendo y a la mayor velocidad. Si ponés la mirada en la pelota, siempre llegás primero”.
El scrum y la defensa son dos aspectos del juego en los que los Pumas pueden ofrecer novedades en la nueva etapa, que comenzará el 2 de julio en el primero de los tres tests ante Escocia. Dentro del staff liderado por el australiano Michael Cheika, Andrés Bordoy tomará por primera vez las riendas del fijo (ya lo había hecho con Jaguares, bajo la dirección de Gonzalo Quesada) y –sin dudas la variante de mayor peso histórico– el neozelandés David Kidwell, que viene del rugby league, estará a cargo de una defensa que con el tiempo ofrecerá seguramente algún cambio de paradigma. Habrá que esperar los resultados.
Mientras, Cheika dio las primeras señales con la convocatoria para la serie de julio frente a los escoceses. Abrió puertas que estaban cerradas en el proceso de Mario Ledesma –la vuelta de Agustín Creevy es la más llamativa– e, insólitamente, mandó a Matías Moroni –un histórico y líder, además– a Argentina XV, que al mismo tiempo jugará en Europa contra Georgia y Portugal. Entre ambos equipos habrá 60 jugadores. Un tema por observar es que los que juegan en el exterior no tendrán prácticamente descanso, porque luego, en agosto, llegará el Rugby Championship. Está claro que Chieka quiere probar a todos desde su primer día al frente del seleccionado.
Fuente:Jorge Búsico PARA LA NACION – Fotos: Archivo – @JoelSclavi – Fabián Marelli – LA NACION – LA NACION Deportes