/«Llenarle de orgullo el pecho»: el mensaje de Pablo Matera, capitán de los Pumas, a la gente del país donde «todo es duro»

«Llenarle de orgullo el pecho»: el mensaje de Pablo Matera, capitán de los Pumas, a la gente del país donde «todo es duro»

Cuando el resultado era favorable y el reloj era ya un aliado, pero los contrarios apretaban y la ansiedad crecía, Pablo Matera metió los brazos en un ruck ajeno, pescó una pelota en defensa profunda y ganó un penal. Era más que un respiro: era una buena tajada más para conseguir la victoria inolvidable. El ala se quedó con el balón, miró con cara intensa y seria, recibió felicitaciones y siguió clavando sus ojos desafiantes. Un robot, un roble, una fiera. Todo eso fue el tercera línea que queda en los registros como el capitán del primer equipo de los Pumas que derrotó a los poderosos All Blacks, el conjunto más emblemático del rugby mundial.

«Es un gran día para el rugby argentino hoy. Todo es duro en Argentina. Tenemos que mostrarle a nuestra gente que hay que luchar, que hay que trabajar duramente», le dijo al mundo Matera, en inglés y escuchado por el público en el estadio, mientras sus compatriotas en las tribunas gritaban aquello de «soy argentinooo, es un sentimientooo, no puedo paraaar…».

Matera aludió quizás al coronavirus, a la economía, al contexto social. A la difícil cotidianeidad nacional. Y a eso él, y sus 22 compañeros que quedaron en la historia como los primeros argentinos triunfadores sobre los mejores de este deporte, opusieron una actuación épica. Una victoria para todos los tiempos. Sin malas artes, sin fortuna. Con limpieza y merecimientos.

¡Histórico! Los Pumas se impusieron con autoridad a los All Blacks en el Tri-Nations: 25-15

«No sé cómo ponerlo en palabras. Fueron ocho meses muy duros. Hoy vinimos a llenarle de orgullo el pecho a la gente que está en Argentina, que está pasando un momento difícil,que está peleándola. Jugamos por ella», afirmó luego, ya en español, ante ESPN. «Hay un montón de gente que se puso esta camiseta antes que nosotros y que peleó tan fuerte como nosotros para conseguir esto. Quiero que ellos sepan que lo consiguieron, que todo fue un pasito para estar hoy con la sonrisa que tenemos. Es una victoria de mucho más que 23 tipos que entran a la cancha», valoró Matera. «Espero que todo el rugby argentino se haya sentido reflejado. Que sea el comienzo de algo grande para la historia de esta camiseta», enfatizó el ex forward de Alumni, hoy de Stade Français, más extasiado en sus palabras que en el tono de su voz y en su expresión facial.

Pero el capitán llevaba los sentimientos dentro. Y en tan eufórica ocasión, a tan poco tiempo de lograr el uno de los máximos hitos de los Pumas en su historia, volvió a hacerse un tiempo para recordar a los antecesores. «Quiero ver el partido y seguramente voy a emocionarme. Muchos jugadores pasaron antes y tienen que sentirse tan orgullosos como lo estamos hoy nosotros. Es un día como para que todos celebremos», subrayó el Matera, que se dirigió también a las bases del rugby nacional: «Hay un montón de chicos en Argentina que desde hace ocho meses no pueden ir a sus clubes, no pueden jugar al rugby con sus amigos. Jugamos por ellos; los tenemos presentes. Que sepan que hoy entramos a la cancha para mostrarles que se puede, y ojalá esto traiga muchos chicos al rugby de nuestro país y sea un paso para seguir creciendo».

Una de las patadas de Nicolás Sánchez a los palos: el apertura tucumano consiguió los 25 tantos de la Argentina contra los neozelandeses.
Una de las patadas de Nicolás Sánchez a los palos: el apertura tucumano consiguió los 25 tantos de la Argentina contra los neozelandeses. Crédito: AP Photo/Rick Rycroft

Así como Matera fue un líder, en el juego el cabecilla fue Nicolás Sánchez. Quién lo ha visto y quién lo ve: pasó por Japón 2019 con un nivel muy bajo, inusual para él, y en su primer partido en celeste y blanco desde entonces hizo 25 puntos contra Nueva Zelanda. Para ganar. Rápido en las decisiones, preciso en las patadas. El viejo Nico Sánchez.

«Fue un año muy duro. Después del Mundial todos teníamos algo muy fuerte dentro, pero la pandemia nos dio muchísimo para mirarnos adentro y transformarnos. Cuando terminó el Mundial pensaba que se había terminado mi carrera en los Pumas. En ese momento nunca habría pensado que estaría acá», reveló, calmo, el tucumano. Que superó los 21 tantos que había marcado frente a All Blacks un prócer de la camiseta nacional, Hugo Porta, en aquel único empate del historial, en 1985 en Ferro. «No me mueve nada eso. Me llevo la defensa: los trabábamos de a dos y les hacíamos lentos los ataques. Eso contagia. Vinimos a ganar y estamos felices», subrayó el apertura.

Calmo, sí, pero emocional, también. Sus frases decían más que su tono. «La adversidad hace más fuertes a los equipos. La preparación fue distinta para cada uno de los jugadores. Nueva Zelanda venía de jugar cuatro semanas. En nuestra cabeza está seguir creciendo», sostuvo, antes de inflar el pecho: «A toda Argentina: fue un orgullo representar a los Pumas, al país. Un honor entrar a la cancha para representarlos».

También para Mario Ledesma fue una suerte de desquite el triunfo resonante. Su equipo había decepcionado al disputar la Copa del Mundo, en un nivel que nada tuvo que ver con el que mostró este sábado en su estreno en el Tri-Nations. «Lo que está pasando ahora es una locura. No les ganamos nunca y venimos a ganarle acá. Es lindo ver los frutos, también. Si hubiésemos perdido diría lo mismo, pero esto valida el laburo que hicimos desde principios de año y a la distancia», sintió la reivindicación el entrenador.

"Lo que está pasando es una locura. No le ganamos nunca y venimos a ganarles acá...", enunció Mario Ledesma, el entrenador de la Argentina, que había tenido un sinsabor en la última competencia, el Mundial de Japón, más de un año atrás.
«Lo que está pasando es una locura. No le ganamos nunca y venimos a ganarles acá…», enunció Mario Ledesma, el entrenador de la Argentina, que había tenido un sinsabor en la última competencia, el Mundial de Japón, más de un año atrás. Crédito: AP Photo/Rick Rycroft

«No hubo dudas por el desarrollo del partido. Hablamos mucho de ser disciplinados, de cómo queríamos jugarlo, dónde y a qué ritmo. Los chicos llevaron al pie de la letra lo que habíamos practicado. Y después hay mucho de ellos, de emergencia de líderes, de cómo quieren que sean las cosas y cómo quieren que no sean», rescató Ledesma, que mencionó a tres referentes. De Sánchez comentó: «Empezamos una página en blanco. Con altos y bajos, tuvimos una historia muy linda. Jugó espectacular, la rompió toda». De Juan Martín Fernández Lobbe contó: «Corcho estuvo recibiendo mensajes de todos los capitanes argentinos. Eso les hace sentir a los chicos cómo sentían ellos, ese amor por la camiseta». Y de Michael Cheika, el australiano que se incorporó recientemente como asistente del seleccionado, apuntó: «Cheika dijo «yo quiero ser parte del primer equipo argentino que les gane a los All Blacks»».

Extrovertido como pocos estuvo Juan Imhoff, un cúmulo de emociones. Integra un familia tradicional del rugby, es hijo de un ex jugador y entrenador del seleccionado, pasó cinco años fuera del equipo nacional a contravoluntad, tuvo su primogénito hace poco tiempo. Y ahora, la histórica victoria sobre All Blacks. Demasiado fuerte todo como para un solo partido. «La camiseta de los Pumas es todo para mí. Me emociono y no puedo hablar. No hay nada más lindo que jugar por los Pumas. Desde hacía cinco años no lo hacía. No hay nada más lindo que representar al país, ponerse la celeste y blanca», se conmovió el wing rosarino.

Que estaba envalentonado desde antes del sacudón que provocó la Argentina en el concierto internacional del rugby. Por sus compañeros, porque los veía excelentes, él, que es una figura del Top 14 de Francia y de Europa. «Cuando uno empieza a entrenarse se da cuenta de cuáles son buenos y cuáles no. Hay chicos que son mejores que los All Blacks y sólo tenían que demostrarlo. Yo nunca me sentí en desventaja. Cada año que pasa Argentina evoluciona en su rugby, y quedó demostrado cuando un chico de 20 años entró y era mejor que un All Black. Entró [Santiago] Chocobares y dijo «voy a jugarles de igual a igual»», exaltó el back de Racing 92.

De muy esperado regreso al seleccionado, Imhoff ahondó en las virtudes del conjunto. «Nos propusimos jugar a nuestro ritmo, a nuestro rugby. Nuestros entrenadores creen realmente que somos mejores que los All Blacks, que si jugábamos a nuestro ritmo y con la defensa como bandera, se podía ganarles. Hoy se jugó al abecé. El que mejor lo hizo y con más ganas, terminó ganando. La forma de manejar la presión, de manejar los momentos buenos de ellos y los nuestros, el staff… Pensábamos «si éstos perdieron contra Australia, ¿por qué no podemos ganar nosotros?». Tenemos uno de los mejores equipos del mundo. Y la obligación de demostrar que somos mejores», sostuvo, desbordante de confianza.

Como Matera, el ex tres cuartos de Duendes usó grandes palabras para lo deportivo sin perder perspectiva de lo externo. La gloria en un contexto general negativo de nación. «Todo el país tiene que disfrutar este momento. No estamos como para festejar nada como sociedad, pero por lo menos sacamos una sonrisa por un rato», manifestó Imhoff. La coyuntura con perspectiva histórica, en el rugby y fuera de él.

Fuente: LA NACION DEPORTES – Fotos: AP Photo/Rick Rycroft – LA NACION DEPORTES – Videos: ESPN – LA NACION DEPORTES