“En el Honda Classic me quedé con la tranquilidad de saber que puedo estar en la máxima gira y quizás hasta ganar”, señala el tucumano de 27 años.
Martín Contini vino a sacudir al golf nacional de su modorra en los principales circuitos mundiales. Emiliano Grillo, el mejor jugador argentino desde hace varios años, todavía no logra pisar firme en esta temporada del PGA Tour. Y no hubo otro jugador criollo que haya movido la aguja con un gran impacto en el profesionalismo. Así es como este tucumano surgido en el Jockey Club de su provincia empezó a acaparar la atención, a partir de un crecimiento gigantesco en un puñado de meses: de estar completamente estancado, sin tener a dónde jugar, a convertirse en miembro full del Korn Ferry y disputar la última semana su primer torneo en el PGA Tour, al que accedió por la clasificación de los lunes.
Inesperadamente, llegó a ubicarse en algún momento del torneo en el séptimo puesto del Honda Classic –terminó 16º-, ganó 106.000 dólares y ascendió 300 puestos en el ranking mundial, hasta figurar en el 775º puesto. Parece solo el comienzo: su experiencia en Palm Beach Gardens, Florida, es el resultado de su primer trampolín, el Korn Ferry –antesala del PGA Tour-, donde ya cuenta con un Top 10 y hasta aquí aparece 48° en la Race, que finalmente entregará 25 ascensos al circuito más grande. “Todo fue demasiado rápido, de un día para el otro: de no tener absolutamente nada y jugar solo en la tierra de Tucumán a que me informen que iba a disputar la escuela del Korn Ferry, que no tenía ni idea qué era”, jura el jugador de 27 años a LA NACION. Un hombre que ya tiene su permanente sonrisa como marca registrada.