Tomás Sánchez agredió en una acción desleal a Juan Marsano, de Pueyrredón, que se lesionó la rodilla.

Uno espera por el resultado de la resonancia magnética, el otro por la resolución del comité de Disciplina. Ni el agredido Juan Marsano, capitán de Pueyrredón, ni el agresor Tomás Sánchez, quien lleva la cinta de Los Matreros, saben en esta instancia cuándo podrán volver a jugar. Una acción de unos segundos cuyas consecuencias se avizoran de largo plazo.

“Luego del partido, el árbitro presentó un informe que acompañó con el video y está en poder de la comisión de Disciplina desde el martes”, informó a LA NACION Santiago Marotta, presidente de la URBA. “A partir de ahora todo proseguirá por los canales formales. Seguramente le solicitarán al club Los Matreros que presente el informe del Artículo 18 del Reglamento de Disciplina y citarán al jugador a declarar”.

LA NACION pudo saber que el club Los Matreros se disponía a suspender provisionalmente a su capitán, aunque no pudo corroborar esta información con las autoridades del club. Desde el club Pueyrredón, por su parte, informaron que no forzarían ninguna acción y dejarían que el tema siguiera por la senda burocrática.

Mientras, Juanchi Marsano aguarda el resultado de la resonancia magnética que se realizará este jueves por la noche para conocer el grado de la lesión. “Siento que la rodilla está bien, bastante estable. Espero sacarla barata”, dijo el jugador desde Chile, donde debió trasladarse un par de días por trabajo.

El incidente adquirió público conocimiento a partir de la viralización de un video en el que se observa claramente la agresión artera. El sábado se disputó el encuentro entre el local, Los Matreros, y Pueyrredón, por la 10ª fecha del certamen de Primera A de la URBA. El conjunto visitante es un de los animadores de la competencia y llegó al encuentro con 32 puntos, ubicado en la tercera posición. Su adversario, con 23, ocupaba el sexto lugar. Un partido que parecía controlado para el árbitro Nicolás Cotic. Hasta que llegó la acción desleal.

Iban 22 minutos del segundo tiempo y Los Matreros estaba en ventaja por 36-24. Tenía, además, la posesión de la pelota y buscaba progresar en el campo de Pueyrredón a base de embestidas de los forwards cercanas a los rucks. En una de esas fases de perforación, el capitán Tomás Sánchez recibió la pelota y encaró. Pero se encontró con la marca férrea de Juan Marsano, centro de Pueyrredón. Forcejean por el balón y ambos cayeron al piso. Hasta ahí, una acción normal, de las habituales.

Pero sucedió que Marsano quedó del otro lado, en offside, mientras Sánchez limpió la pelota para que la tomaran sus compañeros y prosiguieran con la jugada. Una acción deportivamente correcta. Pero seguida de otra injustificable. En las imágenes se ve claramente su intención. Apenas salió la pelota y la mirada del árbitro y de los jugadores se fue para otro lado, Sánchez la pierna izquierda de Marsano y se la torció con fuerza, haciendo palanca en contra de la rotación natural de la rodilla. La imagen advirtió también los gestos de dolor del jugador agredido.

El momento de la agresión

Varios compañeros de Marsano reaccionaron de inmediato y fueron a increpar a Sánchez, que se cubrió detrás de otros jugadores de Los Matreros, tratando de pasar inadvertido para el árbitro. El juego estuvo interrumpido varios minutos. El árbitro y sus colaboradores escuchaban las recriminaciones de los jugadores de Pueyrredón, pero no habían visto nada. Sólo tenían la referencia de ver a Marsano tirado en el piso, atendido por los médicos del equipo, y visiblemente dolorido. Se puso de pie asistido por sus compañeros y abandonó el campo rengueando. No pudo continuar.

El referí Cotic convocó a los capitanes: G. Balbi, de Pueyrredón, y… Tomás Sánchez, de Los Matreros, el agresor. “No observamos ninguna situación rara. Después veremos si surge algo en la investigación. Hablen con sus jugadores para seguir comportándose como lo hicieron en el primer tiempo. Hablen con sus equipos”, fue el mensaje.

Pueyrredón terminó ganando por 38-36, pero la indignación por la deslealtad del capitán de Los Matreros, justamente del capitán, no cesó. Tras el encuentro, el árbitro revisó las imágenes del momento y vio la agresión que no había advertido en la cancha. La hizo constar en el informe que presentó a la Comisión de Disciplina de la URBA.

Las cartas ya están echadas. El video es claro. El árbitro presentó el informe pertinente. Sólo resta el descargo del jugador y conocer qué sanción disciplinaria tomará la URBA.

No sería la primera vez que la URBA sancione a un jugador de oficio, sin que haya sido expulsado, a partir de las imágenes que brinda la televisión. Por citar algunos ejemplos, en 2002 Gonzalo Amaya, pilar de Hindú, fue suspendido por tres años por un pisotón en un encuentro ante Regatas. En 2006, Guillermo Mazzoni, tercera línea de Alumni, recibió 5 años de sanción por pisar la cabeza de un rival en un encuentro con CUBA. En 2016, Cipriano Martínez, pilar de Pucará, fue inhabilitado de jugar por 29 años luego de una patada en la cara a un rival de San Albano en un partido de Intermedia. Habrá que ver qué sanción recibirá Tomás Sánchez, algo que el ambiente del rugby reclama en medio de la indignación.