Con su carisma, propio de un multicampeón o de una estrella de rock el argentino sigue cautivando en el Gran Circo. Un piloto que no para de sorprender.
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El fenómeno Franco Colapinto explota en las tribunas. Fanáticos argentinos desatan una fiesta, protagonizan episodios de película en cada circuito y hasta pronostican un banderazo en San Pablo,. El piloto responde con autógrafos y selfies, como si se tratara de un multicampeón de la Fórmula 1 o una estrella de rock. Arropado por los hinchas, el pilarense se energiza y replica en la pista con actuaciones destacadas: maniobras de superación sobre un bicampeón del mundo como Fernando Alonso (Aston Martin) o de defensa férrea y al límite frente a un experimentado Kevin Magnussen (Haas), con diez temporadas y 181 grandes premios en la mochila, fueron escenas que demostraron el domingo, en el trazado de Austin, el talento y la capacidad de un joven que tres meses y medio atrás participaba por primera vez de una práctica libre en un autódromo emblemático como Silverstone, en el Gran Premio de Gran Bretaña. Aquella aventura resultó la confirmación que necesitaba James Vowles, el jefe de Williams, para ensayar un movimiento de piezas que asomó impulsivo, pero que era la certificación de un proceso que el ingeniero británico y la escudería de Grove llevaban en silencio y que Colapinto, para fascinación del ambiente, tomó con naturalidad.
Los números muestran que debutar a mitad del calendario, desconociendo escenarios y rivales, no lo afectó. Cuatro fines de semana de carreras y puntuó en dos de ellas. Completó 240 giros de los 241 totales. Se adaptó a circuitos desconocidos y a cronogramas que incluyen apenas 60 minutos de entrenamientos, dos pruebas de clasificación y una Sprint Racing. Incorporó información detallada para cada salida a la pista… Un nuevo mundo desanda a la espera de una definición sobre un futuro que se ofrece esperanzador, aunque el Gran Circo no sabe siempre de justos reconocimientos.
Los avances tecnológicos, los diferentes reglamentos, la disparidad en la capacidad de los equipos o el buen o mal momento que transita una fábrica impiden ensayar una comparación lineal, bajo los mismos parámetros, entre pilotos de diferentes épocas. La actual grilla tiene a tres campeones del mundo y el comienzo de cada uno de ellos en la F.1 tiene estadísticas que van desde el asombro a la mirada desconcertante. Con un póquer de grandes premios como experiencia, los fríos números resaltan que la cosecha de Colapinto es infinitamente inferior a la de Lewis Hamilton, muy cercana a la que trazó Max Verstappen y superior a lo que ejecutó Fernando Alonso. Cuatro ciclos que abarcan 23 temporadas y encuadran a McLaren, Toro Rosso, Minardi y Williams…
El inicio arrollador de Hamilton en la F.1 supera en cosecha de puntos al del restante séptuple campeón del mundo, Michael Schumacher (Jordan y Benetton); también al de Ayrton Senna (Toleman) y hasta doblega a Juan Manuel Fangio, aunque el Chueco ¡ganó dos de esos cuatro primeros grandes premios! El británico se estrenó en McLaren, uno de los equipos más poderosos de aquel 2007, que ganó el mundial de Constructores y perdió la corona de Pilotos por la feroz batalla interna entre el ascendente Hamilton y el consagrado Alonso, que arrastraba los dos títulos desde Benetton. Todos podios, aunque ninguna victoria, marcó el nacido en Stevenage en grandes premios como Australia, Malasia, Bahréin y España. Con el reparto de puntos de ahora, hubiera acumulado 69 puntos, producto de tres segundos puestos y una tercera posición; lideró 16 vueltas y no registró la vuelta rápida en ninguna de las citas. Credenciales que se impusieron frente a un compañero de garaje que resultó un rival y que lo acompañan, después de 17 temporadas.
Ninguno de los 23 pilotos del actual calendario ganó en sus primeras cuatro carreras y, a excepción de Hamilton, los estrenos no fueron en autos dominantes y escuderías con un poderío abrumador. Verstappen y Carlos Sainz Jr. debutaron el mismo año, 2015, en el mismo equipo: Toro Rosso. Juntos sumaron 67 puntos -49, MadMax; 18, el español-, una cifra que actualmente los colocaría en el sexto puesto entre los Constructores. En los cuatro grandes premios que abrieron el fuego de la temporada estuvieron emparejados con seis puntos cada uno, con la salvedad de que el neerlandés tuvo dos abandonos –el primero en la apertura en Melbourne- y sólo el circuito de Pekín reflejó con puntos la tarea. El madrileño condujo a su auto a la Q3 en Albert Park y luego en Bahréin -Verstappen sólo en Malasia- y se hizo de unidades en las dos primeras pruebas, con un noveno y un octavo puesto.
En la fábrica de Faenza, subsidiaria de Red Bull Racing, el actual compañero de Colapinto tomó vuelo en la F.1: Alexander Albon, que en Austin cumplió 100 grandes premios, lo hizo en 2019, después de romper el vínculo con Nissan e.dams, que lo contrató para la Fórmula E. El asiento en el Gran Circo fue una oferta imposible de rechazar y el tailandés no dudó. Se despistó en el primer día de pruebas libres, aunque se rehízo en la qualy. Juntó tres puntos en las primeras cuatro fechas, con sumas en Bahréin -9no- y China, 10mo. Con 12 carreras como experiencia, Red Bull Racing lo ascendió y degradó a Pierre Gasly. Hoy se impone 3-1 en la clasificación sobre Colapinto, que lo empareja 2-2 en resultados de carrera. La diferencia de puntos es favorable al tailandés: seis a cinco. Si se contemplan las unidades de las cuatro primeras experiencias en la F.1, el argentino sale victorioso: el marcador señalaría 5 a 3.
En Williams desanduvo los tres primeros calendarios George Russell. Campeón de la F.2 en 2018, Mercedes descubrió una butaca en un equipo que estaba en total declive. Observar que el 16to puesto en la qualy en Azerbaiyán –donde una alcantarilla levantada destrozó el suelo del auto en la primera práctica libre- se impone como el mejor resultado, expresa las flojas condiciones en Grove. Apenas escaló un casillero en Bakú para igualar la marca de Bahréin: sí, arribar 15to fue todo lo que pudo rescatar el británico. Las temporadas 2019 y 2020 tuvo a Williams en el último lugar entre los Constructores –el segundo año sin puntos-, dificultades que absorbió Russell, quien desde 2022 maneja para las Flechas de Plata y el año próximo liderará la alineación ante un juvenil Andrea Kimi Antonelli.
Un año antes, en 2018, se estrenó Charles Leclerc, reciente ganador en Austin. Entonces promesa de Ferrari, la Scuderia lo cedió a Alfa Romeo, que se asoció a Sauber. Como para Colapinto, Bakú trajo la primera recompensa para el monegasco: saltó de 13 a sexto y los internautas lo eligieron Piloto del Día. Fue el único GP en el que sumó en sus cuatro primeras pruebas, aunque al año siguiente la casa de Maranello lo repescó para acompañar a Sebastian Vettel y ahora comparte techo con Sainz Jr. Desde 2025, Hamilton será el co-equiper. También en Sauber, pero en 2011, se presentó Sergio Checo Pérez: el mexicano no puntuó y hasta fue desclasificado en la apertura en Australia, por irregularidades en los alerones; 14to en Turquía, lo mejor que pudo enseñar en esas cuatro primeras citas.
La nueva generación también tiene a Lando Norris y Oscar Piastri como exponentes y ambos debutantes con McLaren: si se tratara de un campeonato, el británico es el segundo con más puntos –detrás de Hamilton-, con 12 unidades. Pura velocidad, metió el auto tres de cuatro veces en Q3, aunque solamente una vez avanzó respecto a la posición de la qualy en el clasificador final: de 9no a sexto en Bahréin; en Australia cayó de 8vo a 12mo y en Azerbaiyán, de 7mo a octavo. El australiano en su año de inicio, 2023, redondeó cuatro puntos en el arranque del calendario: todos en Australia, con un octavo lugar.
En 2001, Colapinto no había nacido -27 de mayo de 2003- y Alonso se estrenaba en la F.1. No sumó en los cuatro primeros grandes premios ni en toda la temporada. Apadrinado por Flavio Briattore, Benetton lo cedió a Minardi. El auto más lento de la grilla, seis abandonos en 16 fechas –además de dos accidentes-, muestras de la escasa fiabilidad del PS01 impulsado por motores European. El resultado final no opacó la evolución, el aprendizaje. “Fueron más gratificantes los entrenamientos que las carreras”, decía el asturiano, que en 2002 no tuvo butaca y en 2003 inició el camino para conquistar las coronas de 2005 y 2006.
De diez de los mejores pilotos de la actual grilla, nueve ofrecieron dificultades en sus primeros cuatros grandes premios. Si el dato sólo fuera de puntos sumados, Colapinto estaría en el medio de esos apellidos, superando a Alonso, Russell, Piastri, Checo Pérez y Albon; por cantidad de vueltas y sin ofrecer abandonos, también ocuparía la franja central a la par de Hamilton, Leclerc, Russell y Albon. En Ciudad de México estará el nuevo reto, uno más para un piloto que sorprende, mientras aprende y espía el futuro.
