Con dos golazos de Leandro Fernández, Independiente dio vuelta el partido en Junín y confirmó su remontada.
El escobillón platinado que tiene en la cabeza no lo hace pasar desapercibido a Leandro Fernández. Pero, además del estrambótico look, el delantero de Independiente se hace notar por su juego, principalmente. Gracias a él, autor de los dos goles, el equipo de Julio César Falcioni remontó el resultado en Junín y le ganó a Sarmiento con justicia por 2-1. El dato: pasaron 76 partido para que el equipo de Avellaneda diera vuelta un partido.
Otro paso hacia adelante dio el Rojo del Emperador. Aprovechó el envión de su primer triunfo y repitió lejos de Avellaneda para crecer en confianza y rearmarse. Y esta vez dio una muestra de carácter vital al verse abajo en el marcador sin merecerlo y mantener la intensidad para insistir y llevarse los tres puntos de regreso.
Control, desbordes, llegadas. Independiente tuvo todo lo que tenía que tener bajo el anaranjado sol juninense que calentaba la tarde antes del anochecer. Falcioni buscó la continuidad de lo bueno que había hecho en el 3-0 contra Aldosivi y lo consiguió con los mismos intérpretes.
Priorizando los costados, con Damián Batallini y Leandro Fernández metidos a pleno, con compromiso y con desequilibrio, la visita lo fue llevando contra su arco a un Sarmiento que después de un cabezazo de Federico Rasmussen que buscó sorprender a Milton Alvarez no volvió a incomodar a su rival en un primer tiempo que fue casi todo rojo.
Los dos centrales, Juan Insaurralde y Sergio Barreto, se lo perdieron de cabeza. Sebastián Meza le sacó un remate post enganche a Leandro Fernández. Y Tomás Pozzo, que entró por el lesionado Facundo Ferreyra (posible desgarro), no pudo de zurda luego de un buen desnivel y centro de Batallini por la derecha.