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El día que Rumania salvó la temporada internacional del rugby en la Argentina

El próximo rival de los Pumas tiene una historia vinculada con la disciplina y la política en nuestro país.

Rumania, el rival con el cual los Pumas jugarán pasado mañana el primer test del año, tuvo un valioso gesto que, en 1973, salvó la temporada internacional en la Argentina. El seleccionado de la entonces República Socialista de Rumania aceptó ese año una invitación que la Unión Argentina de Rugby (UAR) le formuló apenas 25 días antes de iniciarse la gira. El apuro y la elección –por primera vez se recibía a un país por fuera de las potencias de este deporte– se debieron a que, imprevistamente, Inglaterra canceló el que iba a ser su primer viaje a la Argentina y el primer enfrentamiento del seleccionado nacional con los inventores del rugby.

El periplo de Rumania permitió ver a los Pumas en el estadio de Ferro enfrentando a un seleccionado –después de Irlanda, en 1970, vinieron sólo combinados: Oxford Cambridge, en 1971, y los Gazelles sudafricanos, en 1971 y 1972–, pero también significó un auxilio en un año en el cual la UAR fue intervenida por única vez en su historia. La dictadura militar que presidía el teniente general Alejandro Agustín Lanusse impuso esa sanción entre el 15 de marzo y el 3 de abril de 1973 por permitirle al San Isidro Club realizar una gira por Rodesia del Sur, país al cual la Argentina se había sumado al boicot internacional por su régimen de apartheid. Un detalle llamativo: quien firmó la intervención como subsecretario de Deportes fue Ernesto “Taita” Cilley, uno de los fundadores del SIC. Cinco meses más tarde, ya recuperada la democracia, el gobierno peronista le notificó a la UAR que, por las mismas razones, estaba prohibido el intercambio deportivo con Sudáfrica.

Otro recordado encuentro entre Argentina y Rumania, por el Mundial 2003; Martín Durand intena escapar del tackle de Lucian Sirbu
Otro recordado encuentro entre Argentina y Rumania, por el Mundial 2003; Martín Durand intena escapar del tackle de Lucian Sirbu

Más allá de la intervención militar, los dirigentes de la UAR nunca interrumpieron la organización de lo que se esperaba como uno de los acontecimientos más importantes para el rugby argentino. La gira de Inglaterra estaba prevista para fines de agosto, pero el 13 de julio la Unión inglesa envió un telegrama anunciando que cancelaba el viaje. Si bien nunca se lo confirmó por escrito, la razón fue el temor a que su delegación sufriera un atentado. Todavía estaban frescas las imágenes de la masacre del 20 de junio en Ezeiza, cuando se produjo la vuelta al país de Juan Domingo Perón.

Dos dirigentes –el presidente Jorge Cáceres y quien sería su sucesor, Carlos Tozzi– viajaron a Londres para tratar de convencer a los ingleses, pero estos se mantuvieron firmes. A cambio de las pérdidas económicas que iban a ocasionarle a la UAR, ofrecieron un partido con los Pumas el 1º de diciembre, en Londres. Más tarde, la UAR rechazó esa invitación y en señal de repudio prohibió que equipos argentinos viajaran a Inglaterra. Esa medida quedó sin efecto al año siguiente. Ahí fue cuando apareció la posibilidad de invitar a Rumania, que en el rugby era como un hermano menor de Francia, cuyo seleccionado iba a venir a la Argentina en 1974.

Los rumanos, con su camiseta amarilla y un estilo francés, aunque con menos rigor físico, debutaron el 29 de agosto ante el SIC, campeón en 1972, ganando 19-10 en un estadio de Ferro prácticamente colmado. Una semana más tarde, en el mismo escenario, empataron en 10 con el seleccionado de Buenos Aires. Perdieron con el combinado del Interior en Córdoba (16-10) y con Rosario, en esa ciudad (7-6). Los tests con los Pumas –capitaneados por Hugo Miguens; Héctor Silva había sido suspendido el año anterior– fueron más parejos de lo previsto, aunque los argentinos, con un Hugo Porta que ya deslumbraba, se impusieron en ambos: 15-9 y 24-3.

Cuarenta y ocho años después, Rumania vuelve a aparecer en el radar Puma en otros tiempos difíciles para el rugby argentino. Producto de la pandemia, los Pumas perdieron la localía para la ventana de julio. Esta vez fue Gales el que eligió no viajar y a cambio ofreció jugar, pero en su casa. Mario Ledesma necesitaba una prueba antes de los partidos con los campeones del 6 Naciones. Será Rumania.

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