/Diego Schwartzman-Rafael Nadal, Roland Garros: el Peque cayó en las semifinales y se despidió de París

Diego Schwartzman-Rafael Nadal, Roland Garros: el Peque cayó en las semifinales y se despidió de París

El español Rafael Nadal alcanzó su decimotercera final de Roland Garros al vencer al argentino Diego Schwartzman por 6-3, 6-3 y 7-6 (7-0), en 3h09m,ampliando su impactante récord sobre el polvo de ladrillo parisiense en 99 victorias y apenas dos derrotas. El domingo próximo y ante el vencedor del match entre el serbio Novak Djokovic y el griego Stefanos Tsitsipas, el zurdo intentará obtener su título número 20 de Grand Slam, con el que igualaría la marca de Roger Federer, que durante mucho tiempo parecía inalcanzable.

El Peque Schwartzman, que desde la semana próxima tendrá -por primera vez- un lugar de privilegio en el Top 10 del ranking (8°), disputó su primera semifinal de Grand Slam. Aspiraba a convertirse en el octavo jugador argentino (hombre o mujer) en llegar una final de un major, pero su destacadísima actuación en el Bois de Boulogne finalizó en las semifinales ante la leyenda.

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El primer game fue todo un síntoma del respeto que se tienen ambos jugadores y del altísimo nivel que ostentan: con Nadal al servicio, tuvo una larguísima duración (14 minutos). Allí, el porteño tuvo dos chances de quiebre, pero Rafa logró sacar el desafío adelante (1-0). El español lució una estrategia clara, variándole las alturas y el peso de los tiros que, mayormente, buscaron el revés de Schwartzman.

Schwartzman saluda al retirarse del court, luego de la derrota. Por primera vez, será top ten desde el lunes.
Schwartzman saluda al retirarse del court, luego de la derrota. Por primera vez, será top ten desde el lunes. Crédito: REUTERS/Charles Platiau

A diferencia del primer juego, el segundo fue mucho más veloz y el mallorquín le rompió el servicio al argentino (2-0). En el tercer game, Diego siguió insistiendo, le generó otra oportunidad de quiebre a Rafa y lo logró (1-2). Pero, lejos de frustrarse, el español puso contra las cuerdas al argentino y otra vez le quebró el saque (3-1). En el quinto game, Diego volvió a provocar una oportunidad de rompimiento, pero Nadal fue oportuno y salvó esa posibilidad para el entrenado por Juan Ignacio Chela con un ace (el primer en el match).

«No la veo», se lamentó Schwartzman, víctima, en algunos momentos, del efecto sombra/luz en el Philippe-Chatrier. El Peque siguió construyendo cada punto con mucho empeño, pero no pudo evitar que Nadal cerrara, con su saque y a la hora y cuatro minutos de partido, el primer set (6-3).

Rafael Nadal celebra, como otras 99 veces en Roland Garros. Crédito: REUTERS/Christian Hartmann

Con casi toda la cancha cubierta de sombra, Nadal y Schwartzman siguieron compitiendo con dientes apretados en el segundo set. Pero Rafa le aplicó un rápido golpe al Peque en el tercer game, quebrándole el saque (2-1). Lejos de desmoralizarse, el argentino continuó esforzándose, bien a su esencia. En el sexto game, con Nadal sirviendo 3-2, el argentino ganó un gran punto que generó los aplausos del público; Rafa lo miró de reojo, pero reaccionó de inmediato y pasó del 0-30 a ganar su servicio, con fiereza (4-2).

A diferencia del triunfo en los cuartos de final de Roma, el 19 de septiembre pasado, Diego no logró impactar temprano la pelota: aquella vez había logrado quitarle tiempo de reacción a Rafa. Así, en ese contexto, Nadal siguió dominando, llevó a Diego a cometer errores y tuvo una nueva chance de quiebre en el séptimo game, aunque no la consiguió. A continuación, el zurdo tuvo un cómodo game (5-3) y, en una hora y 48 minutos, volvió a romperle el servicio al argentino y se quedó con el segundo set (6-3).

Sin la pimienta ni la precisión de otros tramos del partido, Schwartzman padeció la intensidad de Nadal en el tercer set. El español, muy enfocado, le rompió el servicio al Peque en el cuarto game (3-1), cimentado en el poder de su magnífico revés cruzado. Parecía que ese quiebre terminaría por amedrentar a Diego, pero el porteño, optimista por naturaleza y con un nivel altísimo, le rompió el saque a Nadal en el quinto game (2-3). De todos modos, el tenis es tan cambiante que lo que parece evidente y por un camino puede resultar inexplicable en breve: en el sexto game, el argentino cometió todos los errores juntos y Rafa, una vez más, le quebró el servicio (4-2).

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Schwartzman, uno de los jugadores más competitivos de la elite, siguió dándose ánimo pese a la distancia en el score. Así fue como en el séptimo game generó una nueva oportunidad de quiebre y la logró (3-4). Siguieron luchando en un nivel altísimo y llegaron al undécimo juego con Nadal sacando 15-40 y 5-5. Estuvo en riesgo Rafa, pero se defendió castigando de drive y sobrevivió (6-5). Llegaron al tie-break, batallando y en esa instancia terminó imponiéndose Nadal, por 7-0. El afectuoso saludo en la red ilustró el final de un gran partido en la primera semifinal del último Grand Slam de la temporada.

Nadal amplió su hegemonía ante rivales argentinos en Roland Garros: se midió 12 veces con jugadores de nuestro país y los superó a todos: dos veces venció a Schwartzman (2018 y 2020) y a Juan Martín del Potro (2007 y 2018), y una vez a Mariano Puerta (2005), Leonardo Mayer (2014), Juan Mónaco (2012), Facundo Bagnis (2016), Horacio Zeballos (2010), Eduardo Schwank (2012), Guido Pella (2018) y Juan Ignacio Londero (2019).

Fuente: Sebastían Torok – LA NACION DEPORTES – Fotos: Crédito: REUTERS/Charles Platiau – Crédito: REUTERS/Christian Hartmann – LA NACION DEPORTES – Tweets Roland-Garros@rolandgarros – LA NACION DEPORTES