El Peque se despidió con una derrota en sets corridos con Novak Djokovic.
PARIS – Era muy difícil el reto, y no hubo batacazo. Con un resultado más amplio en las cifras que en el desarrollo, Novak Djokovic le ganó el duelo a Diego Schwartzman, se quedó con el pasaje a los cuartos de final, y dejó a Roland Garros sin argentinos en el cuadro masculino. El número 1 del mundo sacó amplias distancias con una victoria inobjetable por 6-1, 6-3 y 6-3, en dos horas y 15 minutos de acción. En el balance del torneo, fue una buena participación la del 16º del mundo, nuevamente en los octavos de final de su torneo preferido, aunque claramente superado en su eliminación por un adversario implacable.
¿Le podría haber ido mejor al Peque? Sí, porque en algunos tramos estuvo a la par en el desarrollo, con varios puntos y games parejos. Y no, al mismo tiempo, porque no concretó algunos de los factores que necesitaba realizar para estar a tiro en el resultado y en el dominio del juego. Ganó solamente el 56 por ciento de los puntos con el primer saque, y apenas el 32% (8 puntos de 25) con el segundo servicio, que Djokovic aprovechó para atacar con la devolución. Y, lo que más le debe haber dolido al Peque, esas chances que le dio el número 1 del mundo, y que no aprovechó: 1 de 8 en break-points. Le sucedió en el comienzo, en el tercer game del primer set, cuando el serbio sacó 15-40. No lo pudo capitalizar, y de inmediato Djokovic quebró y ganó cinco games en fila.