El Halcón enfrentó al líder del Brasileirao, que mantiene un largo invicto como local en Río de Janeiro, pero el 1-1 final lo dejó ilusionado de cara a la revancha.

A Defensa y Justicia le sienta bien jugar en Brasil. En su poca experiencia internacional, apenas perdió 5 de las 12 veces que jugó. Ganó otras cinco y el 1-1 ante Botafogo fue el segundo empate. Un punto enorme. Ahora, definirá la clasificación a semifinales el próximo miércoles en Florencio Varela.

El Halcón tiene una virtud: juega en todas las canchas de la misma manera. De local o de visitante, tiene un estilo de juego que no renuncia. No se achica. Por eso, los primeros 20 minutos del partido fue superior a su rival, jugó más tiempo en campo ajeno y tuvo alguna situación de gol. Sorprendió al equipo brasileño acostumbrado a que los visitantes propongan un esquema más defensivo.

Aunque el técnico del líder del Brasileirao (48 puntos en 20 partidos, con 15 triunfos, 3 empates y 2 derrotas) decidió poner una formación con mayoría de jugadores suplentes, logró con el correr de los minutos emparejar el juego y poner al equipo argentino en aprietos.

Pero en el momento clave, apareció Enrique Bologna. El arquero tuvo una intervención bárbara a los 34 minutos del primer tiempo ante un remate a quemarropa de Lucas Fernandes. Las otras llegadas del equipo carioca fueron interesantes pero no tan peligrosas.

Hubo sobre el final de la primera etapa un momento de incertidumbre, cuando Tché Tché ensayó una chilena y le pegó en la cara a Alexis Soto, que quedó todo ensangrentado. El árbitro le sacó amarilla al volante de Botafogo pero igual fue a revisar la jugada para ver si merecía la expulsión. Entendió -correctamente- que no hubo intención del Tché Tché. Los dos continuaron jugando.

La última gran incorporación de Botafogo fue Diego Costa, el brasileño nacional español, de 34 años. Como en su debut en el Brasileirao, fue al banco, pero esta vez el técnico le dio 45 minutos completos para ir entrando en ritmo en el equipo. No hizo nada.

Como en los primeros 45 minutos, Defensa volvió a tener peso en ofensiva. Y a los 4 minutos, el arquero Roberto Fernández le rechazó un potente remate a Uvita Fernández.

Era mejor el equipo de Vaccari y poco había hecho el local en el primer tramo de la parte final. Sin embargo, un buen centro desde la derecha lo capturó Gabriel Pires y con un gran cabezazo abrió el marcador a los 11 minutos.

A Defensa le pasó lo mismo en los dos tiempos. Empezó bien pero después se quedó. En especial, no logró enlazar el medio con el ataque, porque no fue el mejor partido de Barbona y tampoco de Solari y Togni. Ergo, a Uvita Fernández no le llegaba una limpia.

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