La competencia llegó a su etapa Maratón, donde los pilotos quedaron solos, sin los equipos, en pleno desierto y bajo la noche estrellada de Arabia Saudita.
Es imponente. Kilómetros y kilómetros dentro de un mar de arena, donde las referencias se diluyen y el paisaje, aunque invite a pensar que se funde en la monotonía, se modifica permanentemente. Es que una duna no es igual a la otra. Y los juegos de luz natural y de sombras cautiva pese a que sólo se vea arena pura. El “Empty Quarter” es el lugar más inhóspito del planeta. El desierto que abarca Arabia Saudita, Yemen, Emiratos Árabes y Omán, que está a unos pocos kilómetros del vivac Dakar, donde se instaló un campamento para que los competidores pasaran la noche en la etapa Maratón.
¿En qué consiste? Es la jornada en la que los pilotos en lugar de llegar al tradicional vivac que se traslada permanentemente a lo largo de toda la competencia, arriban a un pequeño campamento instalado exclusivamente para los competidores, las autoridades deportivas, logística, y medios de prensa.
Los pilotos llegan con sus vehículos, en todas las categorías, y tienen 30 minutos (los de GP, el resto, hasta una hora) para dejar sus máquinas dentro del parque cerrado (un sitio demarcado por vallas), donde las alistan para la etapa del día siguiente. Cualquier problema o una anomalía que presente el vehículo, sólo el piloto (o la tripulación) puede ocuparse.
Los equipos quedaron en el campamento de Shaybah, a la espera de la llegada de los pilotos, que arribarán allí al finalizar la etapa del día siguiente, el viernes por la tarde.
Tras acomodar las máquinas, los pilotos se instalaron en unas carpas beduinas. Clásicas tiendas grandes, con alfombras en el medio de la arena, donde allí se recuestan sobre grandes almohadones, y descansan los músculos tras la agobiante etapa.
También hay un servicio de comedor, casi al paso, donde los pilotos se sirven, aunque los profesionales y los de punta cuentan con sus propios menúes, que la organización trasladó dentro de sus pertenencias. Un camión llevó hasta el pequeño campamento las carpas, bolsas de dormir y otras pertenecías de cada uno de los pilotos, que ellos mismos se encargaron de despachar en el vivac de Shaybah, antes de partir en la 11ª etapa.
Desparramado sobre los almohadones y la alfombra, con los pies descalzos, un short y una remera, Luciano Benavides luchaba con el celular para encontrar la poca señal que se pueda captar. Momento de relax, de bajar las tensiones, y de enfocarse en lo que queda del Dakar, hasta el domingo en Damman, a orillas del Golfo Pérsico.
En medio de una escenografía imponente, donde el viento es constante y las carpas sirven como protección infaltable, Luciano, recostado sobre una alfombra saudí, le confesó a Clarín: “Trabajé mucho la parte mental. Cambió la parte psicológica. Cuando se enfrenta a las adversidades, es importante tener la cabeza enfocada. De hecho, todos los días hablo con mi psicólogo deportivo unos 10 minutos. A veces hablo más con él que con mi familia, pero me sirve mucho”.
El menor de los hermanos Benavides, piloto de Husqvarna, logró tres victorias en etapas. Hasta la semana pasada, no había vencido nunca en el Dakar: “Es increíble lo suelto que me siento ahora corriendo cada etapa. Antes estaba pensando en los tiempos y los resultados. Y ahora salgo a divertirme”, destacó el salteño.
Su hermano, Kevin (KTM), fue 10° en la etapa, y ahora está tercero en la clasificación general, a 2m44s del otra vez líder Skyler Howes (Husqvarna), seguido por Toby Price (KTM). “Será pura estrategia ahora. Quien abre pista, quien persigue desde atrás. Hay que dar el todo por el todo en estas tres jornadas que restan”, destacó Kevin.
Una noche distinta para todos. Las estrellas cubren un paisaje que sólo aparecían en los cuentos. Y el Dakar es posible revivir in situ, en medio de la competencia más extrema del mundo. La tensa calma de la noche del desierto, para continuar con la tremenda acción que genera la particular prueba.
Abandonó Manu Andujar
El piloto de Lobos Manu Andujar, que supo ganar el Dakar dos años atrás en Arabia Saudita, sufrió el abandono en cuatriciclos en la 11ª etapa, al padecer inconvenientes con su vehículo.
Andujar transitaba la “Etapa Maratón”, rumbo al “Empty Quarter”, la cual carece de asistencia de los equipos, cuando se quedó en el kilómetro 70 de la especial. La organización informó que el piloto bonaerense pudo transitar nuevamente su cuatriciclo, pero se volvió a Shaybah.
“Pasamos por allí y lo vi a Andujar, que me hizo señas con las manos como que todo se había terminado”, coincidieron Pablo Copetti y Alejandro Fantoni, pilotos de la misma categoría. En la disciplina, el francés Alexander Giraud se mantiene al frente del clasificador general, con una ventaja de más de una hora respecto de Francisco Moreno y de Copetti.
En autos, Sebastien Loeb logró su quinta victoria en el Dakar 2023 y la cuarta consecutiva con el prototipo Bahrein, aunque está lejos en el clasificador general, a más de 4 horas del líder, el qatarí Nasser Al-Attiyah (Toyota).
El mejor argentino es el mendocino Juan Cruz Yacopini (Toyota) que marcha décimo, seguido por su coprovinciano Sebastián Halpern (Mini), que está 12°.
En los autos livianos, Jeremías González Ferioli pasó al cuarto puesto en la general de su categoría, el chaqueño Juan Manuel Silva, del Puma Energy Rally Team se ubica 16°, y Nicolás Cavigliasso asoma en el 26° lugar. También avanza el patagónico David Zille.
La etapa del viernes cerrará lo que se conoce como “Maratón”, con rumbo al campamento de Shaybah, donde allí sí están los equipos aguardando por sus pilotos. Serán 375 kilómetros en total, de los cuales 195 corresponderán a prueba especial. El domingo finalizará el Dakar 2023, en Damman, a orillas del Golfo Pérsico.
Desierto del Empty Quarter, Arabia Saudita. Especial para Clarín.
Fuente: Roberto Berasategui Clarín.com Deportes – Fotos: AFP – REUTERS/Hamad I Mohammed – FRANCK FIFE / AFP – EFE/EPA/Andrew Eaton – Clarín.com Deportes
