El delantero marcó cuatro goles en los últimos seis partidos. El arquero fue figura y contó que la pasó mal los últimos días.

El juvenil goleador de Boca promete y cumple. Luis Vázquez no estuvo muy participativo en el juego, pero cuando tuvo su chance, después de este tiro libre de Sebastián Villa, no falló, tocó de derecha a contra pierna del arquero rival y convirtió el gol de la clasificación de Boca a la final de la Copa Argentina, la tercera desde 2012.

“Por suerte ganamos con un gol de este monstruo”, tiró Carlos Izquierdoz tras la victoria, mientras el juvenil festejaba a su lado. El pibe, feliz, apenas atinó a decir: “Estoy muy contento, como siempre digo, es un orgullo hacer un gol con esta camiseta. Hoy me tocó convertir y ayudar al equipo”. La buena onda entre el capitán y el juvenil se reflejó ante las cámaras. El Cali cumplió ayer 33 años y contó que le había metido presión a sus compañeros, al mediodía cuando le cantaron el feliz cumpleaños, para que le regalaran un triunfo. Y Vázquez, con una sonrisa tímida, no dudó en afirmar que el gol se lo dedicaba a su compañero.

El delantero lleva seis goles que sirvieron para seis triunfos de Boca, el segundo 1-0. Justamente fue en su debut en la red el primer 1-0, a Patronato, el 21 de agosto pasado. El santafesino de Recreo lleva 24 partidos con la camiseta xeneize, pero fueron 12 como titular. También marcó en el 2-1 a Central (hizo el 1-1), en el 4-2 a Lanús (el 3-1, el único gol entrando desde el banco), en el 3-0 a Huracán (anotó el 2-0) y en el 2-1 a Godoy Cruz ( el de la victoria). Cuatro de los seis goles los anotó en los últimos cuatro partidos.

El pibe, que tiene de ídolo al polaco Robert Lewandowski y que no duda en el área con un enganche más si es que tiene que hacerlo, ayer resolvió como deben hacer los goleadores: el toque rápido de primera y lejos de las chances del arquero. Resultó sorpresiva su salida a los 20 minutos del segundo tiempo cuando fue reemplazado por Norberto Briasco.

Sin embargo, hay que reconocer que Battaglia lo conoce bien a Vázquez. Lo tuvo un año y medio en la Reserva que alcanzó la final del torneo y en la que el ex Patronato (llegó desde Paraná después de debutar en la máxima categoría en 2019) se transformó en trending topic en cada juego a partir de su poder de gol. Eso llevó a Riquelme y compañía a renovar su vínculo hasta 2025 y ponerle una cláusula superior a los 12 millones de dólares. Muy lejos de los 400 mil dólares que pagó Boca en 2019 cuando Nicolás Burdisso, por recomendación de Oscar Regenhardt, decidió invertir en él para quedarse con el 70 por ciento de la ficha.

Además del gol de Vázquez, Boca sostuvo su clasificación en las manos de Agustín Rossi, la figura del partido. El arquero afirmó tras la clasificación: “Costó mucho llegar hasta acá, venimos comiendo mierda. Es un orgullo. Tenemos la posibilidad de jugar una final. Solo estamos a un partido de lograr el objetivo de clasificar a la Copa”. El arquero afirmó que Boca sigue peleando en los dos frentes y que la más difícil del partido fue el mano a mano que le sacó a Reniero.

Pero el arquero quería hablar, necesitaba descargarse. Aprovechó para mandar saludos a su familia, que sufrió mucho en estos días por las críticas que recibió en la semana. “A veces uno tiene que escuchar muchas cosas que se reprochan, muchas cosas malas, aunque después terminan pesando más las buenas que las malas. Estoy tranquilo, con mucha fuerza, aunque fue un año difícil. El año pasado me tocó con mi papá, pero bueno, trato de seguir adelante por mi familia”, remarcó.

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