Festejó por los tantos de Piovi, Bernardi y Alexis Castro y se ilusiona con recuperar el juego perdido de cara al Trofeo de Campeones con el Millonario; mientras espera el regreso de Juan Manuel Azconzábal como DT, el Decano no para de perder.
SANTA FE.- Colón se despidió como local este año histórico después de obtener su primer título en el profesionalismo. Fue con una cómoda victoria por 3 a 0 frente a Atlético Tucumán (goles de Piovi, Bernardi y Alexis Castro). Y su gente, además de festejar, ya comenzó a “vivir” el clásico frente a Unión de la última fecha. Claro que el sentimiento sabalero va un poco más allá: hacia el 18, cuando en Santiago del Estero enfrente a River en la final del Trofeo de Campeones.
El local también se “aprovechó” del Decano tucumano, un equipo que no puede disimular sus falencias (acumulaba cinco derrotas consecutivas y siete fechas sin ganar), la reciente fue frente a Unión, aquí mismo, en Santa Fe. Es un equipo a la deriva, sin técnico, aunque banca la parada Martín Anastacio, el entrenador interino tras la partida de Omar De Felippe y Pablo Guiñazú. Ahora aparece en el horizonte Juan Manuel Azconzábal, que ya ocupó ese cargo en el club tucumano. Pero Atlético es un equipo que partido a partido deja la sensación que carece de reacción.
En Colón, los problemas son diferentes. La ilusión de un nuevo título entusiasma cada día más. Según comentan los directivos, más de 12 mil simpatizantes viajarán a Santiago del Estero para la finalísima frente a River. El sabalero sabe también que deberá aguardar la decisión que adopte el técnico Eduardo Domínguez, al que muchos consideran como eventual candidato para dirigir a Boca como a River o a Independiente o, tal vez la idea de la familia, un equipo del exterior. El “hijo político” de Carlos Bianchi tiene contrato hasta junio de 2022, pero una cláusula le posibilitaría su salida a fin de año.
El rojinegro impuso su despliegue –generoso en el medio-, desde el inicio. Aliendro y Lértora fueron simples pero expeditivos para administrar la pelota en la salida, mientras Facundo Farías, con espacios, se encargó de desnudar los errores defensivos del Decano. Atlético Tucumán estaba cómodo pero sin generar algo más elaborado desde el medio hacia el arco de Burián.
El cabezazo de Piovi, luego de un tiro de esquina de Bernardi, abrió el marcador pero también puso algunas cosas en su lugar. Lo que el visitante estaba proponiendo se perdía en la intrascendencia por la lentitud de sus volantes y la tibieza ofensiva. Casi sin ideas, lo único que pudo hacer el equipo de Martín Anastacio fue intentar aprovechar algún error de su adversario. Pero Colón se fue consolidando, mucho más después de Bernardi aprovechó un rechazo de Luchetti, tras una lucida acción de Farías.
Lo mejor del partido
El complemento pasó intrascendente. El visitante insinuó algo más que en la etapa inicial pero no salió de la intrascendencia. Se preocupó más en no perder el orden defensivo que en romper líneas en ataque. Demasiada simpleza. Colón aumentó la diferencia pero reguló sus energías. No había necesidades de otra cosa. La diferencia fue amplia y el resultado contundente.