Con un gol de taco de Joaquín Pombo, los dirigidos por Federico Villar se impusieron por 1-0 en Sarandí; fue expulsado Weigandt en el Xeneize.

Muy lejos del líder River en la Liga Profesional, cada ensayo de Boca está proyectado en función de la Copa Libertadores. El próximo compromiso será el martes, en la Bombonera, ante Colo Colo, encuentro que lo puede dejar clasificado para los octavos de final. Pero la derrota de este jueves ante Arsenal por 1-0, el último del torneo y el segundo equipo más goleado en el campeonato después de Racing, le sumó preocupaciones, además que ahora la diferencia con el puntero quedó a 14 unidades, con un partido más para el Xeneize.

En esta búsqueda constante de Jorge Almirón, tratándole de dar continuidad a las sociedades que le vienen funcionando, pero al mismo tiempo resolviendo los equipos con respecto de las características del rival, frente a Arsenal el DT repitió el tándem por la derecha entre Marcelo Weigandt y Luis Advíncula, pero sorprendió ubicando en ataque al ‘doble 9′ compuesto por Darío Benedetto y Miguel Merentiel. Sin embargo, el Boca de Almirón avanza tanto como retrocede, pasa de la ilusión y el elogio a la crítica y la frustración sin escalas, casi de un partido a otro.

El gol de taco y lo mejor del partido

Este sistema 4-4-2 tuvo en el eje central a dos productos de las inferiores xeneizes.: Alan Varela y Cristian Medina, que tenían la compleja misión de controlar a un escurridizo Santiago Toloza, el mediapunta en el esquema 4-2-3-1 de Federico Villar en Arsenal, que tras el 1-0 pasó a un más defensivo y replegado 5-3-2.

Con este dibujo, los centrodelanteros de Boca casi siempre recibían de espalda para pivotear hacia los costados, con Advíncula y Sebastián Villa, por derecha e izquierda respectivamente. Con una posesión de casi el 74%, Boca intentó tener un manejo prolijo de la pelota, pero le costó tener cambio de ritmo y sorpresa, situaciones negativas más relacionadas a los equipos de Sebastián Battaglia y Hubo Ibarra. Por eso no sorprendió que la primera aproximación, a los 23 minutos, haya sido con un remate desde muy lejos de Merentiel. Recién a los 40 minutos un remate del exDefensa y Justicia, tras una buena pared con Benedetto, exigió al arquero Medina.

Arsenal tuvo desparpajo en la proyección de Lucas Souto (lateral derecho) y de ese córner llegó envío aéreo de Toloza, ganó Breitenbruch en lo alto y el gol lo hizo de taco Joaquín Pombo, con un gran recurso técnico cuando el balón le quedaba atrás El equipo del Viaducto convertía en su primera llegada.

Acto seguido, otra mala noticia para Boca: la lesión en la cara posterior del muslo derecho de Nicolás Figal, por lo que debió ser reemplazado por Nicolás Valentini. Almirón no gana para sustos con las lesiones. En la última semana ya había sufrido las bajas de Pol Fernández y Martín Payero, dos mediocampistas mixtos con despliegue y gol.

Boca no sólo mostraba deficiencias ofensivas, sino también grietas defensivas que le hacían muy fácil el desequilibrio al local. En una acción así, Bruno Valdez vio la amarilla por una falta de atrás sobre Londoño. Y de esa acción, un tiro libre de Peña Biafore rozó el travesaño, se fue apenas desviado del ángulo superior derecho de Chiquito Romero.

El segundo tiempo continuó con problemas para Boca. Marcelo Weigandt se fue expulsado por una plancha que le generó un corte en la cabeza de Pombo. El árbitro Leandro Rey Hilfer fue llamado por el VAR y luego de revisar la imagen, le mostró la tarjeta roja al lateral derecho por juego brusco grave. “Weigandt lo lastima sin querer. Duele cómo nos están perjudicando. Las dudosas son siempre en contra nuestra. Solamente vine a decir eso. Queremos que nos gane el rival bien”, dijo tras el partido Almirón.

Si el equipo de Almirón jugaba mal con once futbolistas, con diez se le iba a complicar cada vez más. El DT observó las complicaciones y dispuso los ingresos de Luca Langoni por Benedetto y Equi Fernández por Varela. Con inferioridad numérica, el entrenador entendió que ya no le servía el doble 9, que necesitaba jugadores más flexibles para ocupar mejor los espacios.

El enojo de Almirón fue en alza y a tal punto que fue expulsado en el campo de juego: salió del estadio y habló ante los medios, aunque no respondió preguntas: “El martes le prometemos a la gente que estaremos de pie otra vez, y vamos a jugar por una instancia muy importante que es la clasificación a los octavos de la Copa Libertadores, que está en nuestras manos. Vamos a buscar dejar esto atrás, que es muy doloroso”, y agregó: “Jugamos con uno menos por una jugada anormal, la roja a Weigandt es perjudicial, ellos cometieron 14 faltas en el segundo tiempo y el árbitro estaba para impartir justicia y no lo hizo. Te ves con impotencia, y cuando protestás, te expulsan. Quería decirlo porque da impotencia”.

Pero más allá de los fallos arbitrales, el Boca de Almirón combina aciertos y errores por igual: es verdad que tiene muchos contratiempos con las lesiones, pero retrocede lo mismo que avanza. Y, así, estancado, nunca termina de despegar.